martes, 15 de abril de 2014
El día en que la mueca de Jagger se congeló
miércoles, 17 de julio de 2013
Qué fina esta línea del amor...
Quizá simplemente sea una ilusión que cada vez se hace más intensa.
Quisiera desprenderme de este cuerpo para no sentir la necesidad de compartir contigo mis días, para no tener esta ansiedad de mirarte a los ojos y decirte cuanto muero por ti.
¿Muero por ti, eso pasa?
Amo cuando eres como un niño, haciendo caras y caminas en la silla, como si fuera un bote que te trae hacia mí.
No puedo resistirme a tus graciosos gestos y a tu voz de español perdido…
No puedo evitar reír cuando el Chavo del 8 se convierte en ti, ¿o tú te conviertes en él? Qué extraño!!!
Debo estar enamorada de ti, enamorada de tus gestos, de cómo yo soy contigo.
En mi vida cuando se trata de amor la única certeza es la renuncia y no quiero eso contigo… pero sobre todo contigo, debo aplicar la teoría.
¡¡Quizás!!
Y ahora me dices que te vas. ¿Cómo partes el corazón en dos?
Para mi es difícil expresar lo que siento, no porque seas tu, creo que siempre es complicado decir: “te amo” cuando el sentimiento es real y latente.
Además, contigo no se trata de amor… o quizá este tema es muy subjetivo y solo se ama lo que se conoce, ¿acaso yo te conozco?
Pero al final eso no importa, lo que cuenta es tu sencillez, esa que me encanta, disfruto de tu bondad, quedo rendida ante un corazón de niño como el tuyo.
Eres un gran tipo, uno de los mejores que he conocido. Me pregunto que hubiera sido de mi, 6 años antes contigo, quizás no reparaba en tus encantos o simplemente lo hacia pero tu ni siquiera me mirabas.
Lo que nos lleva al punto inicial. A este en el que estoy ahora, queriendo confesarme contigo, anhelando una respuesta favorable, soñando con una vida a tu lado.
Lo más difícil no es romper el miedo o tener una utopía contigo, lo más duro es vencer tu mundo, derrumbar las barreras que no me permiten llegar a ti, tirarlas abajo… ¿para qué? Para descubrir que hay otras vidas que depende de ti… almas a las que ni siquiera me atrevo a mirar, del horror de sentirme descubierta o de verme lapidada…
No, el sentimiento debe morir en este papel… el papel lo aguanta todo dice un amigo.
Como siempre el amor debe acallarse en una hoja inerte que no me da respuesta, que solo recepta.
Pero el sentir está ahí, latente, se alimenta a diario con los detalles, con las palabras, con las risas, recobra vida cada mañana cuando te veo entrar a este lugar, cuando me saludas y me dices “ratoncito”.
Das vida a esta ilusión que yo necesito para existir, es eso. Imagina esta redacción en silencio, cada uno en su trabajo o escribiendo y tu gritando “ratoncito” y todos siguen en silencio pensando qué les pasa a estos dos. O imagina lo que es llegar a mi puesto y encontrar un caramelo o una coca cola que me dejas sólo para alegrarme el día.
Y ahora imagina como es mi vida… cada vez que te necesito y solo existes en mis sueños.
lunes, 25 de enero de 2010
Audrey Tautou, la multifacética actriz francesa
Todos los niños tienen planes para el futuro y ante la clásica pregunta, ¿qué quieres ser de grande?, responden con sin número de profesiones, bombero, policía, doctor, pintor, profesor, etc. Cuando a la pequeña Audrey Tautou le plantearon esta interrogante, ella respondió, primatóloga, por el gran amor que siente hacia los simios y monos.
Quería cuidar de ellos y estudiarlos para evitar su extinción en algunos casos y el maltrato en otros.
Sin embargo, la vida es extraña y en pocas ocasiones permite realizar determinados plantes. Así sucedió con Audrey Tatou, quien pronto abandonó su idea infantil y acudió a París para matricularse en la Escuela de Interpretación Cours Florent de donde han surgido muchas de las luminarias de Francia. Además, se dedicó al estudio de la literatura francesa y al modelaje, carreras en las cuales claudicó pronto.
Sin saberlo, ella sellaba su destino y esta decisión pronto daría buenos frutos.
“Amelie”, es una de las películas francesas más taquilleras de todos los tiempos (más de 30 millones de espectadores en el mundo), con certeza se puede decir que este film marcó un fenómeno muy poco usual en su fecha, desbancando a las siempre taquilleras películas americanas en Francia. Además, se consagró internacionalmente.
Los inicios de la actriz francesa comienzan en la comuna francesa de Beaumont, lugar donde nació un 9 de agosto de 1976. Su niñez sin mayores sin tropiezo obedece a una familia tradicional de esta región de Puy-de-Dome, en donde gozaba de ciertas comodidades.
Un padre odontólogo, una madre profesora y dos hermanos menores son el núcleo familiar de esta estrella, una de las promesas de la ciudad luz.
En la actualidad es considerada sucesora de las grandes estrellas francesas del pasado, como Catherine Deneuve y Juliette Binoche.
A fines de los años noventa ganó un concurso de la televisión francesa, “Jeunes Premiers” (Los jóvenes debuts) en la categoría de Mejor Actriz Joven en el 9° Festival de Béziers.
Después, participó en la película “Venus Beauty Institute”, por la cual ganó un Premio César a la Mejor Actriz Revelación, mientras que en el 2000 ganó el Prix Suzanne Bianchetti por haber sido considerada una de las jóvenes promesas de la interpretación nacional.
Sin embargo, el éxito y la consagración llegaron cuando ella interpretó de una manera magistral a la dulce Amelie, en el film de Jean-Pierre Jeunet. Esta cinta, cuyo nombre completo es “Le Fabuleux Destin d’Amélie Poulain” permitió a Audrey desarrollar su capacidad histriónica y lúdica para hacer de esta comedia una exquisitez del cine europeo e internacional.
Audrey conquistó Hollywood en 2005 con el protagónico en “The Da Vinci Code”. A pesar del éxito del largometraje y debido a su inclinación por el cine francés, la actriz prefiere consagrar su carrera en el “cine lumiere antes que en Hollywood.
Pare ese mismo año viajó a Indonesia para salvar un templo dedicado a los primates.
De Amelie a Chanel
Indiscutiblemente, Tautou no es Audrey, sino Amelie. Este nombre la catapultó a la fama, la hizo una estrella, ya sea por su magnifica interpretación de la dulce joven o por la excelencia del film, que busca rescatar la lúdica que muchos adultos suelen perder.
Ahora, esta actriz francesa aceptó otro gran reto, interpretar a la única, Coco Chanel. Esta nueva cinta no refleja la moda que impuso la diseñadora francesa, sino que se centra en la mujer y su peregrinar a la cima para convertirse en un mito inolvidable.
Una niñita sentada junto a su hermana en un orfanato de Francia que espera a su padre. Una artista de cabaret con una débil voz que canta para los soldados borrachos de Europa. Una humilde costurera que zurce dobladillos en una pequeña sastrería. Una joven y flaca cortesana, a quien su protector ofrece un refugio seguro. Una mujer enamorada que sabe que nunca será la mujer de nadie, que rechaza contraer matrimonio incluso con el hombre que le corresponde. Una rebelde que considera opresivas las convenciones de su época, y que por ello se viste con las ropas de sus amantes.
Esta es la historia de Gabrielle “Coco” Chanel y este el reto de Audrey. Quizás a partir de hoy dejará de ser Amelie y no se convertirá en Coco, sino en una estrella con luz propia gracias a su performance y a su capacidad interpretativa… Encarnar a un determinado personaje, nunca es fácil, menos aún cuando se trata de una “biopic.”
La actriz Audrey Tautou no sólo ganó el protagónica del film “Coco avant Chanel”, sino que se convirtió en la imagen del clásico perfume de la marca, Chanel N5. Será porque logró emular perfectamente la elegancia de Coco Chanel. Así lo demostró en el estreno de la película biográfica de esta reconocida diseñadora. Allí lució un sencillo tailleur negro que resaltaba su estilizada figura.
Esta producción cuenta con la colaboración de la Mansión Chanel y de Karl Lagerfeld, eterno Kaiser de la firma que ha accedido a prestar sus archivos y colecciones.
Si en “Amelie” Tautou era una soñadora, en “Coco avant Chanel” debe ser una visionaria y al parecer lo logra, está excelsa en el personaje de la legendaria modista, que es un símbolo atemporal de la libertad y estilo.
Muestra su estudio perfecto de la mademoiselle, mientras que en su interpretación los gestos y las actitudes de Coco se evidencian en su manera de fumar, su gesto duro y parco, la seriedad de su coquetería distante y su vanguardismo al momento de crear.
Las actrices francesas son consideradas como una de las más refinadas, glamorosas y bellas… será porque París siempre ha tenido un encanto especial. Pero belleza de estas damas es natural, a diferencia de otras “reinas de Hollywood”, que han recurrido a cirugías estéticas y otros artilugios para destacarse frente a una cámara.
Édith Piaf, un gorrión que voló muy alto
Édith Piaf con su sobrio vestido negro parece desentonar con la lumiere de París, pero es su icono más sagrado, por su inimitable voz y legado musical. “Le Legionnaire”, “L’Accordeoniste” han resistido el paso del tiempo para convertirse en himnos de la música universal.
Es 1961 y el telón del Olympia se abre majestuoso. Ahí está ella, pequeña, maravillosa, eterna. Su repertorio empieza con “Non, je ne regrette rien”, un himno para esta mujer que no se arrepiente de nada. No puede faltar “Padam, padam” y su “La vie en rose”.
Dos mil espectadores la ovacionan, están dispuestos a rendirse ante su voz y ella los mata con “Hymne à l'amour”, una canción de Marguerite Monnot, su pianista y amiga fiel.
“La foule” anima a este pequeño teatro parisino, mientras que “Milord”, “Les mots d'amour” y “Les amants”, lo salvan de la bancarrota.
Cuando el telón cae, ella ya no es pequeña, sino una gigante de la música francesa… el gorrión coronó el cielo y su nombre, Édith Piaf se vuelve inmortal.
El 09 de octubre de 1962, Edith Piaf se casa con Théo Sarapo, un joven cantante 20 años menor que ella. “Tengo la impresión de que es como un hijo que cuida a su madre enferma”, declararía la cantante. Cantaron a dúo, “A quoi ca sert´l amour”. A principios del 1963, Édith graba su última canción, “L´Homme de Berlín.”
Primer acto: La vie en rose
Podría decir que la farola del número 72 de la rue de Belleville en París es el inicio de esta historia, un comienzo fantástico para un personaje mítico de la ciudad de la luz. Sin embargo, este no es un cuento de hadas, sino la vie en rose de Édith Piaf.
El año, 1915; el personaje, Édith Giovanna Gassion; la familia, un par de itinerantes que sin saberlo cumplieron una misión divina, dar al mundo a una de las cantantes más extraordinarias de su tiempo.
Su voz de gorrión se distinguió en medio del ruido de un burdel, lugar en el que pasó su niñez. Y su talento hizo eco en las calles parisinas, sitios de peregrinación obligados que recorría junto a su padre, un cirquero.
Esta vida ausente de tonalidades rosas pronto encontraría su destino. El salvador, Louis Leplée, dueño de uno de los cabarets más importantes de la época, el Gerny`s.
Y es aquí en donde empieza esta obra magistral. En la primera escena, Édith sube al plató y es presentada como La môme Piaf (la niña gorrión). Su voz impacta desde el primer acorde, Raymond Asso y la pianista Marguerite Monnot se prendan de la protagonista y pronto empezarán a componer para ella.
Piaf es una artista completa. Nadie como ella tiene una dicción clara y limpia para un idioma tan sofisticado como el francés. En escena sus canciones y silencios evocan su turbulenta vida, muestran la vulnerabilidad de su personaje, pero sobre todo fusionan la calle y el escenario, dos pilares fundamentales en su trayectoria.
Bajo el signo de Paris la môme es descubierta. Ahí vive la guerra, asume sus amores, sus actuaciones, sus caídas y resurrecciones, logrando entrelazar, hasta volverse indivisible, su arte con la ficción.
El film “La Vie en rose” abrió la Berlinale en 2007, es un "biopic" (película biográfica) que cuenta la vida azarosa de Édith Piaf y pone especial énfasis en su voz privilegiada. Marion Cotillard en el papel de Piaf, obtuvo el Bafta, el César, un Globo de Oro y un Óscar por su magnífica interpretación.
Segundo acto: Marcel
Se abre el telón, es 1937 y Édith debuta en el Teatro ABC de París. Impacta y ahora es la reina del music-hall. No hay duda, es una estrella con luz propia. La prensa la proclama como el ícono de la canción francesa, y que decir del el público, la adora.
Mientras su magnífica voz resuena en las radios con la canción “Hymne à l'amour”, por sus venas corre intensidad esa letra.
En 1948 por su gira triunfal en Nueva York, protagoniza la historia de amor más grande de su vida. El elegido, un boxeador de origen argelino, Marcel Cerdan, quien ganó el campeonato mundial de peso medio ese mismo año.
“Y la tierra puede abrirse / poco me importa si me amas […] / ya que el amor inundará mis mañanas / mi cuerpo se estremecerá entre tus manos. / Poco me importan los problemas, mi amor / porque me amas.”
Pero como las grandes historias de amor, ésta fue efímera. El campeón murió el 28 de octubre de 1949 en un accidente aéreo. Viaja de Nueva York a Paris, para el encuentro con su amada.
Este hecho marcará la vida de la Piaf, quien abatida por el sufrimiento se refugia en la morfina, su más grande demonio.
“Si un día la vida te arranca de mi lado / si mueres o estás lejos de mí / poco me importa, si tú me amas / porque yo moriré también / tendremos la eternidad para nosotros […] / Dios reúne a aquellos que se aman.”
Al final, ella se reuniría con él en octubre del 63.
El Olympia era su salón de espectáculos favorito, ahí interpretó por primera vez la canción que Charles Dumont compuso para ella, “Non, je ne regrette rien”. Sólo la Piaf podía interpretarla de una manera magistral. Además, la letra se aplica a su vida: “No, nada de nada / No, no me arrepiento de nada / Pues mi vida, mis alegrías hoy comienzan contigo.”
Último acto: Adiós, môme
Cantar para Édith era una manera de enfrentar sus tragedias y declarar la batalla a sus demonios, miedos y adicciones. Sin embargo, la morfina fue un monstruo difícil de vencer y al final pudo más que ella. Letal e inclemente deterioró a la niña gorrión.
Para su acto final se presentó en el teatro Olympia, casi no podía mantenerse en píe, pero su voz no claudicó, era tenaz y constante.
Apenas tenía 47 años cuando logró la eternidad para ella y Marcel.
En 1956 el Carnegie Hall de Nueva York cayó ante el encanto de Edit Piaf y la convirtió en un ícono del music hall en los años 60. Su canción “Milord” grabada en 1958 se consagra como uno de sus enormes éxitos mundiales.
domingo, 1 de marzo de 2009
Adiós compañeros, adiós
por los buenos tiempos que pasamos”,
por los momentos compartidos entre cierres y risas.
Adiós compañeros, adiós.
Es momento de abrazarnos y ensalzar la amistad.
La vida es continua, eterna. Nosotros somos los efímeros... seres de un día.
Siempre pensé que diría esta carta en el momento en que debería hacerse realidad. Hoy es ese día. No puedo sino empezar diciendo lo maravillada que estoy porque Dios siempre pone en mi camino a las personas justas y necesarias.
Empiezo por ti mi querida Fer, eres una jirafa “cool”. De verdad ha sido un placer conocerte, compartir tus ocurrencias, tus idas y vueltas. Gracias por tu buena onda.
Diego, que pena que tu tiempo fue corto para conocerme y descubrir que soy lo máximo… pero bueno de lo bonito poco, jajaja. Ya sabes mi toque, no?. Alava suerte en este Eterprise llamado Ekos. Cierto deja de ser filático al momento de jugar… tu entiendes.
Kelly, mi querida tórtola enamorada, gracias por la paciencia, tu jovialidad y poca complicación frente a la vida. Tú me has enseñado que uno se puede enamorar de los sicólogos jiji. Te quiero amiga.
Cris, contigo yo lamento no haber tenido tiempo para conocerte mejor. Dios bendiga tu familia y permita un pronto reencuentro para que al fin puedas sentir el calor de hogar… ese que anhelas. Suerte en esta hazaña que empiezas y sigue siendo el ecuánime de los gráficos.
Amiga mía, que puedo decirte… la vida me re-otorgo la oportunidad de compartir mi alma contigo. Agradezco cada momento de los nuestros, las ideas locas que llevamos a cabo, las conversaciones a pesar de los obstáculos, las risas, esas que nos dejaban sin respiración, las lágrimas que nos hicieron aprender… en fin agradezco a Dios tu presencia. Gracias por abrirme las puertas de tu familia, yo sé lo mucho que respetas ese espacio y aún así me dejaste formar parte de él… eso no lo voy a olvidar.
Y por sobre todas las cosas, GRACIAS TOTALES por creer en mí, en mi capacidad, en mi humanidad y en mi sangre. Te adoro y te voy a extrañar mucho. Pero, como diría el Javi, no me voy a morir, así que nos veremos mucho… ya sabemos como es eso no?? Me acuño tu frase, una clásica, DIOS TE PAGUE POR TODO!!!
Pato, amigo gracias por las buenas canciones, por regalarme un músico fabuloso como Bunbury. Desde ahora, siempre que lo escuche recordaré que es tu legado para mí. Tú sabes de la buena música, el buen cine, los buenos libros y las largas charlas. Que te vaya bien bonito!!!
En este punto no puedo olvidarme de mis amigos Iván, Javier y mi amiga Carla... eternos como siempre se queda, en mi alma y me llevo las risas y ocurrencias. Iván, gracias por la buena onda, tu experiencia y la palabra.
Carla imposible olvidarme de ti amiga... linda tu, este reencuentro fue un encuentro de la amistad, el colegio y la magia. La vida siempre me da regalos y volver a compartir contigo el corazón fue uno de ellos. Te quiero a montones. Dios te bendiga!!!
Javier, INFINITAS GRACIAS por la exquisitez de la música que atesoras, gracias por los maestros, esos musicazos que nos encantan. Tu paciencia, amistad y complicidad son un recordatorio de lo buen tipo que eres. Me llevo tu risa a carcajadas, tus frases anglosajonas y tus canciones en mi honor... cierto y tus conversaciones en cetáceo. Brindo por tí, mi querido.
miércoles, 31 de diciembre de 2008
12 de noviembre de 2008
Cuando la Watling diga, “no sé si es Baires o Madrid”, yo pensaré que te rindes ante esa española de voz ronca.
“Me arde” en la voz de la Fabi Cantilo me recordará que penaste por ese cd. Bueno “Inconsciente Colectivo” es tu cd… cuando lo escuche, voy acordarme de un tal Otto fotógrafo.
A partir de hoy disfrutaré el Chavo del 8, simplemente voy a descubrir en él la magia que te encantó, espero encontrarla…
Las ballenas me recordarán que conocí a una que tenía mi nombre, pero que no era yo, sino una que se llamaba y hablaba como yo…
Ahora siempre me fijaré en los créditos de los fotógrafos para ver si te encuentro o descubro a alguien llamado Rogelio Aguas (Roger Waters).
Apreciaré más la fotografía… eso es indudable.
Uno debe quedarse con las cosas buenas y dejar huella en el otro, esa es la manera como se eterniza el hombre.
No te vas a morir, como sueles decirme, pero ya no compartiremos estos almuerzos divertidos en la Che, ni nos gastaremos la plata en el Corral o en Archies y Fridays, tampco nos iremos a esos viajes en los cuales la Carli y la Sofi suelen dormirse, no escucharemos esas canciones de tu autoría y tus conversaciones profundas con la ballena, ya no habrá quien me regale una coke o nos hable como niño español y etc., etc., todas esas cosas que te hacen un ser humano maravilloso.
Pero nos veremos, estamos en este hermoso oficio del periodismo y Quito es un pañuelo…
Gracias totales, JET por los momentos compartidos, por las risas, la complicidad, por acompañarnos como amiguis a comprar zapatos, gracias por tu buena onda, las buenas pelis y la buena música...
En 2009 "que pueda contar contigo, como sabes que conmigo siempre"
Yo este año quemó las lágrimas derramadas injustamente, la ilusión por las causas perdidas, las personas que queremos retener en el alma aún cuando no nos pertenecen, la música chichera (esa que me cantas al oído o a gritos) y el temperamento feroz que me define. Digo adiós al amor que se da en demasía, pero no al que se entrega con pasión y chau a la necedad de querer amar hasta que duela, pero bienvenido el amor que no tiene reparos, sino arrebatos.
Me cuesta dejar estas cosas, pero la vida me lo exigue, porque los valientes no luchan en las batallas vencidas...
Eso sí, me quedo con Bunbury y su imitador ecuatoriano. La audacia, las películas que te estremecen, los excelentes músicos que escuchamos, los libros que hablan por sí solos, las personas que amo y lo bueno que tengo en la sangre también los reciclo para 2009.
Mi amigo, tu me enseñaste que en la vida no debemos tener miedo a perder, ahora sé que no importa si te lanzas al vacío sin paracaídas, lo importante es atreverse... es un salto de fe, y bueno que es lo peor que puede pasar, tu dime???
Todos pretendemos lo inmortal y la única forma para convertirnos en seres efímeros es quedarnos en el otro, yo me quedo en tí, en la Sofi, en mis amigos nuevos y viejos y en mi familia, como tu te quedas para siempre en los que te aman.
Gracias Pato porque cuando el universo se me derrumba tu me salvas del largo letargo, gracias por escucharme sin tregua durante estos 365 días... y gracias totales por las palabras precisas.
Ya es hora de deshacer el mundo, porque todo final sabe a comienzo...