Quizá simplemente sea una ilusión que cada vez se hace más intensa.
Quisiera desprenderme de este cuerpo para no sentir la necesidad de compartir contigo mis días, para no tener esta ansiedad de mirarte a los ojos y decirte cuanto muero por ti.
¿Muero por ti, eso pasa?
Amo cuando eres como un niño, haciendo caras y caminas en la silla, como si fuera un bote que te trae hacia mí.
No puedo resistirme a tus graciosos gestos y a tu voz de español perdido…
No puedo evitar reír cuando el Chavo del 8 se convierte en ti, ¿o tú te conviertes en él? Qué extraño!!!
Debo estar enamorada de ti, enamorada de tus gestos, de cómo yo soy contigo.
En mi vida cuando se trata de amor la única certeza es la renuncia y no quiero eso contigo… pero sobre todo contigo, debo aplicar la teoría.
¡¡Quizás!!
Y ahora me dices que te vas. ¿Cómo partes el corazón en dos?
Para mi es difícil expresar lo que siento, no porque seas tu, creo que siempre es complicado decir: “te amo” cuando el sentimiento es real y latente.
Además, contigo no se trata de amor… o quizá este tema es muy subjetivo y solo se ama lo que se conoce, ¿acaso yo te conozco?
Pero al final eso no importa, lo que cuenta es tu sencillez, esa que me encanta, disfruto de tu bondad, quedo rendida ante un corazón de niño como el tuyo.
Eres un gran tipo, uno de los mejores que he conocido. Me pregunto que hubiera sido de mi, 6 años antes contigo, quizás no reparaba en tus encantos o simplemente lo hacia pero tu ni siquiera me mirabas.
Lo que nos lleva al punto inicial. A este en el que estoy ahora, queriendo confesarme contigo, anhelando una respuesta favorable, soñando con una vida a tu lado.
Lo más difícil no es romper el miedo o tener una utopía contigo, lo más duro es vencer tu mundo, derrumbar las barreras que no me permiten llegar a ti, tirarlas abajo… ¿para qué? Para descubrir que hay otras vidas que depende de ti… almas a las que ni siquiera me atrevo a mirar, del horror de sentirme descubierta o de verme lapidada…
No, el sentimiento debe morir en este papel… el papel lo aguanta todo dice un amigo.
Como siempre el amor debe acallarse en una hoja inerte que no me da respuesta, que solo recepta.
Pero el sentir está ahí, latente, se alimenta a diario con los detalles, con las palabras, con las risas, recobra vida cada mañana cuando te veo entrar a este lugar, cuando me saludas y me dices “ratoncito”.
Das vida a esta ilusión que yo necesito para existir, es eso. Imagina esta redacción en silencio, cada uno en su trabajo o escribiendo y tu gritando “ratoncito” y todos siguen en silencio pensando qué les pasa a estos dos. O imagina lo que es llegar a mi puesto y encontrar un caramelo o una coca cola que me dejas sólo para alegrarme el día.
Y ahora imagina como es mi vida… cada vez que te necesito y solo existes en mis sueños.